....Cuando era pequeña, mis padres y mayores me protegías de todo aquéllo que podía dañar, no sólo a mi cuerpo (que vivía lleno de moretones por trepar, correr y jugar por todo el campo) , sino a mi alma par que pudiera crecer sana interiormente y vivir cada etapa según mi edad.
Hoy , aunque queramos proteger a cuanto pequeño habita éste mundo del segundo aspecto que menciono, nos resulta imposible.
¡¡Viva la tecnología y sus diarios avances!! Gracias a ella todo niño, preadolescente, adolescente y jóven, puede acceder a cualquier tipo de pornografía y porquería que pulule . Y no me digan que eso depende de la familia solamente. En una ocasión fui a un ciber, pedí una máquina y cuando me hicieron pasar tenía abierta una página porno que, al pobre chico que le pedí que la sacara, lo hizo poner muy violento y no paraba de pedirme disculpas y decirme que él era sólo un empleado.
En primer lugar, la ausencia de los padres en la crianza de sus hijos es cada vez mayor, ya que tienen que trabajar para tener mejores autos, casas, computadoras, televisores, pilchas, vacaciones, salidas con amigos y amigas (de las cuales raramente participan sus hijos) y un montón de cosas más que sería vano enumerar.
Ante esa ausencia, con toda la tecnología al alcance de la mano y con el cuidado de una persona extraña, ellos se las rebuscan para acceder a cualquier sitio de internet, para mantener chateos con desconocidos (conocemos las consecuencias) y dedicarse al "ocio destructivo" que genera los bochazos vergonzosos en los exámenes de ingreso a las universidades, la imposibilidad de conseguir un empleo digno, ya que no saben ni armar un curriculum, la violencia y otras cosas que hacen que algunos afirmen ¡¡¡"la juventud está perdida"!!!, con sus rostros (y otras partes del cuerpo) fruncidos y expresión horrorizada
La que está perdida es la generación que arrojó y sigue arrojando al mundo hijos para que "otros " los crien y eduquen mientras ellos satisfacen lo que consideran,egoistamente, son sus derechos
Ante ésta realidad de niños y jóvenes abandonados, de padres y abuelos divagantes, de porquerías que avanzan y avanzan hasta el punto de que a un niño que está viendo un dibujito de pronto le aparece una imágen grotesca como la del casamiento o divorcio de dos personas del mismo sexo y, cuando se da vuelta para preguntarle al respecto a quien es responsable de su atención o cuidado, no encuentra a nadie o , si está es uno de sus padres absorto en lo suyo o una niñera menos capacitada que el niño.
¿ Cómo protegerlos......? Quienes tenemos conciencia, lo hacemos con los que se cruzan en nuestra vida Y los otros? Los que no tienen a nadie que se ocupe de ellos?
Creo que debemos estar atentos, con ojos y oídos bien abiertos no sólo para quienes son de nuestra familia, para todos Y si alguien considera que nos metemos, decirle con el mayor amor posible, porqué lo hicimos. Ya que ellos, la generación que abandona, seguramente también fue abandonada y no son más que víctimas.
Creo que debemos animarnos, sin miedo, a tomar cartas en el asunto para ayudar a formar un mundo mejor. Creo que si lo hacemos con un trabajo de hormiga, sin alboroto, sin pretender fundar algo para los abandonados, con amor y humildad, mejoramos el pedacito de la sociedad con la que interactuamos y, si muchos hacemos lo mismo, la suma puede dar algo interesante.
