De pie, mirando por una ventana, sola en casa, veo una especie de bruma que no alcanza a ser una sombra, cruzando a mi derecha por la habitación contigua.
Sentada, escribiendo, manejando, rezando o haciendo algo, siento un leve toque en la cabeza o en los hombros.
Pero, mucho más allá de asustarme, me llena de Paz.
Me siento acompañada por algún ángel. O por algunos ángeles .
Es reconfortante
No hay comentarios:
Publicar un comentario